7 may 2008

CALLE CLAVE

Está claramente demostrado:
no desciende del cerro ni de nada.
La pobre calle Clave nace abrupta
sin padre ni madre conocidos
entre el óxido y las cacas de perro
y muere a las pocas cuadras
en medio de pobreza y ruinas
pujando por llegar al mar,
que le niegan los containers
y el acero de mil rejas.
Clave, clavecín de pobre
enigma sin descifrar
Serás tal vez la clave
de un pentagrama de gritos?
o de alguna melodía
de prostitución y ebriedad?
o de un concierto moderno
de motores que rechinan?
Misterio de Plaza Echaurren
o de subida Castillo?
Clave de salmos antiguos
que escaparon a los cielos
siguiendo nubes difusas
entre techos de tristeza?
Claves de reja y visillo
de ventanas entornadas?
o quizás clave vacía
y al final
clave de nada.

18 sept 2006

AMANECE

Amanece en el puerto.
Bostezan con vaho
las calles desdentadas de adoquines
que brillan de rocíos y de brumas.
Sólo el silencio
se levanta a estas horas
y va por las veredas al trabajo.
No se despereza aún
la cortina azul
del panadero.
Es hora de gaviotas
y motores enredándose
lejanos en los cerros.
Es hora de mendigos
escarbando un desayuno.
De olas de gris verde
tras el muro
de los contenedores de acero
Amanece.
En un minuto
que no es mentira
ni es cierto,
se está construyendo
una mañana.
Amanece en el puerto.

Copyright © 2006



El Descanso de las luces
en el cerro ( F Muzzio )

CLAROSCURO

El descanso de las luces
en el cerro
despeina de furia al mar
que ya empieza a copiar el alba.
Su ira sobre las arenas
se hace niebla baja
desde la cresta de sus olas.
Mientras, las luces del cerro
titilan hacia el sueño,
y cierran sus ojos
derrotadas por la aurora.
En la furia del oleaje
tiemblan las luces que aún quedan,
hasta que aparece el sol
que acaricia y peina la rompiente
y le va conversando
hasta que la calma
y finalmente la adormece.

Copyright © 2005


DOMINGO DE LLUVIA EN EL PUERTO


Puerto, domingo y lluvia
vendaval de quiltros vagos
feria mundial de mendigos
y zapatos estilando
Valparaíso y silencio
Oficinas de abandono
sobe un carguero oxidado;
acodadas en tus muros
soeces gárgolas pardas
eyaculan de costado.
Pestañean los cafés
con luces oliendo a cálido
mientras sollozan vitrinas
con los párpados cerrados
Puerto en tarde de domingo
Valparaíso llorando
rodeado de contenedores
que lo miran, a la espera
del espasmo de los cerros
que orinan como borrachos.
Valparaíso en domingo,
la soledad y las nubes
te llueven sobre mojado.

Copyright © 2006

BOMBERO

No hay nada en Valparaíso
como un buen incendio,
devorando goloso un edificio,
torta merengue convertida en brasero.
A las llamas que aplauden y crepitan;
el viento aviva la cueca, cancionero,
y las invita a bailar, ladera arriba,
jugando a retorcer planchas
y costillares de fierro.
En una humareda oscura
qué bien que arden las vigas
en los incendios del puerto.
Restos de muela en la encía,
a cada esquina por medio
asoman las costillas negras
de algún edificio muerto,
y en la siguiente una bomba
o un recuerdo,
de caídos en actos de servicio.
Brujas hechas a morir en llamas
son todas las casas de Valparaíso,
en fuego que se cuela artero
de fraguas de la ultratumba,
o de ocultos accesos al infierno.
Y quedan huesos como noches
oliendo a humo, mirando al cielo,
vanos de puertas y ventanas,
órbitas de ojos vaciados
de calaveras de piedra y de misterio.
Y en cada incendio un voluntario
como en la borrasca sucumbe el marinero.
En cada siniestro una placa
y en cada bomba un recuerdo.
Por eso nada se compara a Pancho
para los que juegan con fuego,
nada hay como Valparaíso
para morir bombero.

Copyright © 2006

PLAZA ECHAURREN

Plaza Echaurren
con olor a pobreza,
alrededor de tu fuente
prodigiosa.
Pasadero de micros y palomas
consistorio de taxis
de pintura astrosa.
Circo de locos que hablan solos,
oreadero de cesantes
y borrachos.
Plaza Echaurren
de árboles torturados
con el pelo siempre corto,
apenas verde;
limpia como una novia,
novia humilde.
Cruce de gritos amigos
sin origen,
de saludos guturales
entre ancianos,
y graznidos de un loro
en el olvido.
Varazón de bazares y garitos,
con balones de plástico en vitrina,
orilla de belleza y de miseria,
fisonomía de hombre derrotado.
Centro de gravedad de la Matriz
de la calle Clave, pentagrama
profuso en hoyos y adoquines,
del mercado en su altura
de tres pisos,
que esparce generoso
sus hedores.
Luces tu puesto
de flores miserables,
y una farmacia gris
sin un cliente,
laberinto de parejas proletarias,
y de escuálidas compras
de mendigo.
Anfiteatro de quiltros
hechos solo de sarna y cicatrices,
y de gatos alzados
que enarbolan
sus mil parches de color
y de arañazos;
bordeado de bancos con artrosis,
desdentados
de espalda curva en retorcidos fierros.
Lunar del pasado,
rincón de vejez
que mira al cerro;
víctima de sirenas
y de humanos calambres,
corona de princesa,
mística diadema
muerta de hambre.

Copyright © 2006

COPLA ´E MENDIGO

Cantos, decires y cuentos de un "tata" ( creo que el tata Lucho) habitué del ejército de salvación del puerto de Valparaíso, en su jerga original, recopilados y adaptados por un servidor.


An filin yu yon lenon, (*)
este hogar del ejército
ta lo mas güeno;
sin que te sin suit lor,
me voy a machetear a la plaza
Sotomayor.
Porque mejor ni mi acuerdo
de la Plaza Echaurren,
si ey hasta los quiltros vagos
se mueren di hambre.
Qué de carne mechá
ni caldo e guatas,
esta **** huevá
es por no tener plata.
En el hogar en la tarde
naiden se quea,
¿No ve que es en la calle
onde bailan las moneas?
Monea pa la chelita,
que té ni café ni gueo duro,
chela pa atracarse y paragua
pitillo firme y oscuro.
O anfeta y bols´e pastita
con combinao,
volá pa echarse una noche
como es mandao.
Y mañana domingo desayuno,
chocolate con leche,
pan duro y mortadela en el cuatro veintiuno
Y me guardo gamba p´a la ducha
d´esas calentitas de la san chucha

Y a orearse al sol en la plaza,
mueran los pacos;
ni del cogoteo me cuidan
los muy maracos
Cúmbere pún que cumbe
Cumbe pún que cumbére;
mierda tar tan viejo y tullío
p`a as mujeres
Y que tanto le hará
Crestas, canto que canto,
si van casi cuarenta años
que ando por ey vacilando.
Se acabó la lluvia
p´al muelle Prat me la emplumo
voy p´a la poza
qu ´está del color que caga
la Carmen Rosa
Y déle machete mierda
gamba y gambita al aire
Asi se vive en la calle
nomás pos chuchetumaire

Glosario:

(*) Se incluye farfulleos de
canciones en inglés de los Beatles
en uno de los casos, iininteligibles

Machetear, dar machete: Pedir en forma llorona limosna
Ey, ay, endey : ahí
Caldo e guatas : Caldo de guatitas o callos
Chela, chelita : Cerveza
Gueo: huevo
Paragua: pito de marihuana paraguaya ( prensado de color oscuro)
Anfeta: Anfetaminas o pastillas alucinógenas cualesquiera
Bols´e pastita: Bolsa con dosis de pasta base
Combinao: Mezcla de ron o pisco con gaseosa
Volá: Volada, drogada
Cuatro veintiuno: Local de caridad típico de Valparaíso
Gamba - gambita : moneda de 100 pesos chilenos
Pacos: policías, carabineros
Vacilar: vagar

Copyright © 2006

VALPARAISO

Por ascensores, muelles y picadas,
muestras de Arauco cabellera hirsuta,
y una frente orgullosa e impoluta,
que devuelve del mundo las miradas.

De escaleras eternas y empinadas,
del cerro a las quebradas breve ruta,
cremalleras de jeans de prostituta,
hechas tan solo para ser bajadas.

Del pacífico puerta refulgente,
atril de luces con el mar por piso,
con brillos de país independiente.

Eres gloria de Dios, pues nadie te hizo,
varazón de sorpresas y de gente,
chamán descomunal, Valparaíso.

Copyright © 2006

PROA

Proa, proa,
balandra
balanceo al horizonte
gaviotas claras del agua
yendo al vientre
y su rebote

Proa, proa
a lo mas alto
quebrazones por el viento
nudo y salto
hechos cristal
de silencio

Atravesar las espumas
que conversan
masticazón de olas
cabeza de las estelas
temblorosas
crines náyades
turquesa

Salutación por tus aguas
y mis ondas
ir adelante, rompiente
con mi cara,
contra la proa
y sonriendo

Primero
adelante
Si
Tritón estirando el cuello
Proa, proa
Proa al cielo

JORNADA

El mantel al viento
corrige la geometría de la mesa
donde asienta
su oscuridad roji azul
el vino tinto
y aspiro brisa marina
bouquet de la copa de la mar
y brindo y brindo
aunque se me tuerza el horizonte
y rompan en mi andar
olas de tierra,
hasta que me ofrecen
los reflejos de la tarde
una copa de ocaso
y yo me duermo.


LLAMANDO A LA PUERTA

No abren aún,
y se sostiene apenas
navegando en mareos,
tiritando de frío;
añorando la cama
de este albergue indigente
con su sueño pesado,
su adiós definitivo.
Y tras un día ebrio
a monedas mendigadas,
de desmalezar recuerdos,
y cultivar olvidos;
después de conjurar fantasmas
de hijos desapegados,
una mujer exigente,
de cesantías, vergüenzas,
y hermanos desqueridos,
regó en alcohol de piedad
su tarde mendicante,
su pasado maldito.
Y ya incapaz de moverse
deja junto a la entrada,
la amarillenta poza
de su orín de borrachito.
Golpea y golpea la puerta,
ganguea una protesta
que solo responden
los ecos del vacío.
Pobre sombra de un hombre
borrando su pasado
nublando su presente
de espaldas sobre un vicio,
tras caminarlo todo
sin nada mas que perder
encuentras triste final
a mitad de tu destino.

Copyright © 2006

CALLEJERO

Ando en la calle
llevo al hombro
mi alegría y mis pesares,
mi todo viaja conmigo.
Vivo en la calle,
caracol de relámpago
corriendo con la brisa,
y son sólo los de paso
los que llegan a ver
mi llanto
o mi sonrisa.
Soy de la calle,
mi comida
está aguardando,
en una esquina
de la vida;
Yo se bien
que me está esperando.
Voy por la calle,
nadie sospecha,
ni apenas yo mismo,
donde vendré al fin
a recostarme.
Flores, gente y basuras
me sonríen,
me saludan al paso,
yo,
sigo adelante,
dueño del día,
del tiempo,
de mi mañana
y mi tarde;
lloro amargo,
río niño
y converso con Dios Padre.
Me bebo y como la vida
hasta hartarme;
no me achaca,
no me enferma
porque soy del aire,
del camino;
yo mismo, yo
soy la calle.

Copyright © 2006

DIVISARIO DEL MENDIGO

I

Amanece
En estos peldaños ciegos
me entrego al sol
que llega nuevecito.
Sus manos son aún
más lentas
que los dedos de la brisa
¡Que frío!

II

Cuánto pan se ha acumulado:
Caridades baratas
de varios días,
que ya ni mi perro prueba,
de manos que ignoran
lo que es el ansia y la ausencia,
de un colchón,
o de un plato caliente.

III

Botan estas verduras
que por fuera están lacias.
No piensan que al librarlas
de sus hojas sucias,
aparece el corazón intacto.
Las ven igual que a mi;
esta verdura botada y yo
somos medios hermanos

IV

Me dicen viejo borracho
pero mi litro de la tarde
es mi cortina, mi cancela;
tras ella puedo olvidarme
de la pena de ser.
Pena que hay que olvidar
todos los días
si se quiere vivir.

V

Ya nadie me disputa
este alero nocturno
de espalda al viento.
Adentro hay máquinas que zumban
y que calientan la noche.
En el segundo piso
de noche se oye música linda;
al “Pocho”, mi perro, le gusta
y hasta a mi a veces
me saca lágrimas.

VI

En estos rincones de sombra
me escondo a orearme
del vino y las vergüenzas antiguas
mi perro “Pocho” me cuida el sueño.
Es bueno saber
que no me están mirando;
es la paz de estar dormido.
Dicen que morirse es así.
Si llego al cielo
voy a estar tranquilito
con el “Pocho” solamente,
conversando,
sin tener que ver a nadie.

VII

Menos mal que no hay estrellas;
son como clavos de frío
en noches de Setiembre.
Yo les tengo mala
todo el invierno;
tanta, que llegado el verano
aún no las termino de perdonar.
En ese cielo de noche,
cielo de los astronautas,
hace demasiado frío y abandono.

VIII

Es tan bonita
la fruta del supermercado,
brilla limpia y perfecta,
casi maquillada.
Es como las señoritas
que entran a comprarla;
son tal para cual.
Ya entrado el verano
se me va la vista tras de todas
con un apetito tremendo.

IX

Vienen a verme;
a hablarme de Dios
con cafecito y sandwich.
Pero no entienden nada.
Ellos se van; vuelven a veces,
las caras cambian.
Yo voy a estar aquí
quién sabe hasta cuándo;
quizás hasta después de muerto.

X

Incluso con frío,
ese de los días sufridos,
hay mañanas bonitas.
Mi perro “Pocho” y yo,
acurrucados,
sabemos que aún aquí,
nosotros vemos a veces
cosas que la gente
nunca podría.

Copyright © 2006

INSTANTES

Cerro pobre, puerto.
Voy trepando penas,
marcado por hitos de cacas de perro;
trepando entre gallos
y matas de hinojo de dulces requiebros.
Contra una barranca,
que gotea llanto de lluvias que fueron
se acodó la sombra,
la besa en la boca su amante el silencio.

Les doy un abrazo,
y ellos me sumergen
en aguas oscuras de un mar de descanso.
Y sobre un tentáculo
viajero de brisa se acerca un milagro,
que borra los perros,
cumbias y rancheras y cantos de gallos.

Aparece Mozart,
que acaricia el alma
con su terciopelo de oboes y violas;
se detiene el tiempo;
mientras Mozart canta nadie abre la boca,
canto que en el viento
juega a desplegarse como banderola.

La música errante
por entre quebradas
huye con la brisa. Ha pasado un ángel.
Y vuelven los gallos,
el ladrar de perros y el clamor de antes.
Retorno al camino,
duro pavimento. Sigo caminante.

Copyright © 2006

SABADO

Ha llovido toda la mañana
pero sigue ahí la fila
la cola del pobrerío
la hilera de los hambrientos
que esperan café y pan frio
el desayuno de los pordioseros
Milagro pequeño y caliente
tras una noche de lluvia
bajo el brazo de un alero
Milagro: que bien se siente.
Escuece la picazón, los besos
de las pulgas en la ingle
Dolor de dedos helados
y de húmedos calcetines
Llueve mañana turbia
Sábado de mendigo

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EN DISTANCIA ( adivino mi casa veraniega )

Allá lejos por la tarde que se arrastra
se divisa el otro extremo de esta rada
subrayada apenas por una blanca línea
que al ritmo de la espuma de las olas
se enciende, se aparece, se desarma

Allá lejos muy lejos, justo al frente
sustentada en las olas y mirándome
hay una casa de grandes ojos tristes
que guarda el reflejo de las olas de antes

Ojos azules copiando la rompiente
ojos de fuego que copian el ocaso
y una visera militar sobre la frente
cuya línea recta desafió los años

Miradas dulces que me vieron niño
trepar por tus escalas infinitas
para alcanzar tu terraza sobre el mundo
y a gradecer a Dios por tanta dicha

Hogar de hiedra, cardenal y pelargonia
toda frescor, toda sabor marino
que aun andas buscando en días pasados
con esos ojos clavados de infinito.

Ojos de luz que reflejaron a mi padre
y el cariño fiel de una familia unida
Ceja de sombra que en tu fresco alero
protegiste todo lo grato de esta vida

Y por más que esparces tu perfume a alysum
por más que recuerdas tu fragancia de pino
no logras recuperar entre tus brazos
la ausente mesa y su trinchante,
su licorera oliendo a vermut, y a vino fino

Vacío ya el rincón para los baldes
ya sin restos de arena de la playa
tu cable de colgar, huérfano de ropa niña
querría silbar al viento, pero calla

Eras alba de plata y su playa barrida
el eco de la mar en tardes de verano
y los cerros de luces encantando la noche
llamando a confidencias de jóvenes hermanos

Eras las ilusiones del amor que nace
y hoy solo eres eco de dias, olas, barcos
las esperanzas y sueños que eran niños
aún los dos salimos a buscarlos

Casa distante y niño deshojado
desde tan lejos, mirando, nos hemos reconocido
ambos con llanto amargo en la mirada
sabemos que ya somos distintos

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IGLESIA DE LA MATRIZ (Valparaíso)

Iglesia de la Matriz
trasunto importado
desde Europa
de elegantes balaustradas
y peldaños
yendo de ninguna parte
a ninguna otra
Sueño europeo metido
entre tinglados y seres miserables
que comen mendrugos
y se arropan con perros
Matriz
tienes tus puertas cerradas
para que no entren a hartarse
de tus hostias
los cristos que desayunan hurgando
basureros
Para que no descansen
el mal olor de sus espaldas
los cristos pobres
que duermen al sereno
Asi mantienes por siempre
limpios el piso y tus asientos
Tu orgullosa torre grita en sordina
Venid a mi, agobiados
pero a prudente distancia
para que no ensuciéis ni dañéis
los decorados
Cerca pero no dentro
que espantáis a las visitas
que gozan admirando el puerto
que es noble patrimonio
de una humanidad turista
Matriz debida a los pobres
de quienes al fin
apartas tu vista
como tantos templos
eres una vergüenza
Matriz cerrada a los pobres
pobre matriz clasista

Copyright © 2006



MAREA ANTIGUA

Viejo como el mar,
gruñón y carraspero;
a mordiscos
por las playas del frío,
buscando tragarse todo
amargo siempre,
voy y vuelvo maquinal
de una punta a otra
por mi corredor de quejas.
Restallando
arrebatando
escupiendo.
Gañán de titubeo y embestida
que carga y se retira
sin objeto
por su berma de distancia
y agresión;
esclavo entre cadenas
de inconstancia,
solo y ajeno,
eternamente solo
como el mar
en la tortura del viento.